miércoles, 20 de junio de 2012

el zorro de Hyakujo




Cierta vez, cuando Hyakujo impartía unas lecciones de Zen, un anciano asistía a ellas sin que los monjes reparasen en él. Al final de cada charla, cuando los monjes se marchaban, él también se iba. Pero un día se quedó después de que los demás se hubieran ido y Hyakujo le preguntó: “¿Quién eres?”

“No soy un ser humano” respondió el anciano, “pero lo fui cuando el Buda Kashapa predicaba en este mundo. Yo era maestro de Zen y vivía en esta montaña. En aquel entonces uno de mis alumnos me preguntó si el hombre iluminado está sometido o no a la ley de la causa (Karma). Le respondí: ‘El hombre iluminado no está sometido a la ley de la causa’. Como esta respuesta evidenciaba que me aferraba a lo absoluto, me convertí en un zorro durante quinientos renacimientos y todavía soy un zorro. ¿Me salvarás de esta condición con tus palabras de Zen y me permitirás salir del cuerpo de un zorro?, ¿puedo ahora preguntarte si el hombre iluminado está sometido a la ley de la causa?”

“El hombre iluminado forma una unidad con la ley de la causa” respondió Hyakujo.

Al oír estas palabras el hombre quedó iluminado.

“Me he liberado” dijo, rindiendo tributo con una profunda reverencia “Ya no soy un zorro, pero he de dejar mi cuerpo en el lugar donde habito detrás de esta montaña. Por favor, celebra mi funeral como el monje que fui.”

Dicho esto, el anciano desapareció.

Al día siguiente, Hyakujo ordenó, a través del superior de los monjes, que se dispusieran a asistir al funeral de un monje.

“No había nadie enfermo en la enfermería” comentaron los monjes, intrigados “¿Qué querrá decir nuestro maestro?”

Después de la comida, Hyakujo precedió a los monjes al exterior y rodearon la montaña. Con su bastón, sacó de una cueva el cadáver de un zorro y llevó a cabo la ceremonia de la cremación.

Aquella noche Hyakujo dio a los monjes una charla y les contó esta historia sobre la ley de la causa.

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Al oír el relato, Obaku le preguntó a Hyakujo:

“Eso lo comprendí hace mucho tiempo, porque cierta persona que dio una respuesta equivocada a una pregunta de Zen se convirtió en zorro durante quinientos renacimientos. Ahora deseo preguntar: si a un maestro moderno se le hacen muchas preguntas y siempre da la respuesta correcta, ¿qué será de él?”

“Acércate a mí y te lo diré” respondió Hyakujo.

Okabu se acercó a Hyakujo y le abofeteó, pues sabía que ésa era la respuesta que su maestro quería darle.

Hyakujo palmoteó y se echó a reír ante tal discernimiento.

“Creí que un bárbaro tenía la barba roja” comentó, “y ahora conozco a un bárbaro que tiene la barba roja”.

lunes, 5 de diciembre de 2011

el pecado original


El ser humano, según la tradición del Libro, vivía de lo más bien, vamos en el paraiso, hasta que un dia desobedeciendo las instrucciones de su Creador, comió el fruto del Arbol de la Sabiduría del bién y del mal.

El mensaje es claro, cuando entró en funcionamiento su capacidad de catalogar, de etiquetar, de juzgar, cuando creó una separación entre él y el universo, cuando crea su Ego como una realidad por si mismo y por lo tanto separado, aparece el observador y lo observado, el bien y el mal, el amor y el odio, el deseo y el rechazo.

Al apegarse al Ego nace el miedo, los miedos. La necesidad de protegerse, la necesidad de buscar cosas que le den ventaja sobre cualquier competidor, la necesidad de atesorar y de situarse por encima de los demás a cualquier precio.

Formando parte de ese miedo nace la vergüenza y el pecado.

Esto se puede interpretar como parte de la historia de la humanidad. Pero esa historia se renueva cada vez que nace un hombre, por lo tanto esa historia es la de cada uno de nosotros.

Es una maldición del mismo Dios a sus hijos.

Aquí os dejo partes del libro del Génesis.

Libro del Génesis
2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 
2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

3:1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 
3:2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 
3:3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 
3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 
3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 
3:6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 
3:7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 
3:8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 
3:9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 
3:10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 
3:11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 




Pero el budismo no observa esto como una maldición, sino como el fruto de la ignorancia y propone el regreso al paraíso aquí y ahora.

En el célebre Shin Jin Mei del Maestro Sosan, lo dice bién clarito. tan claro que no necesita interpretación, lo que vemos como un poema, solo son instrucciones claras y concretas sobre la Via.


SHIN JIN MEI
Poema de la Fe en el Espíritu
Kanchi Sosan 


Penetrar la Vía no es fácil ni difícil.
basta con que no haya amor ni odio,
ni elección ni rechazo.
Basta con que no haya ni amor ni odio
para que la comprensión aparezca,
espontáneamente clara,
como la luz del día en una caverna.
Si en el espíritu se crea una particularidad,
por ínfima que sea,
el cielo y la tierra quedan separados
por una distancia ilimitada...........
....................
....................
Hacemos demasiadas consideraciones
acerca de los dos aspectos de todo elemento.

Como un sueño, un espejismo, una flor de vacuidad,
así es nuestra vida.
¿Por qué sufrimos intentando atrapar esta ilusión?

La ganancia, la pérdida, lo justo, lo falso,
os lo ruego,
abandonadlos.

Cuando nuestros ojos no duermen
todos nuestros sueños se desvanecen.

Cuando el espíritu no está sometido a las discriminaciones
todas las existencias del Cosmos se vuelven unidad.

Cuando nuestro cuerpo experimenta profundamente la unidad
podemos cortar instantáneamente todas las relaciones.

Considerando todas las existencias con ecuanimidad
retornamos a nuestra verdadera naturaleza original.



No sé, pero da que pensar............

Gyo Ko